Terror británico original


Londres. Una fría noche invernal, Kate va a tomar el metro y, mientras espera en un banco del andén, se queda dormida. Cuando se despierta, se da cuenta de que todo el mundo ha desaparecido. La estación la cerraron y ella es la única adentro (y encerrada). Presa del pánico, intenta salir, pero no halla por dónde. De pronto, llega un tren completamente vacío, y ella sube. El convoy se detiene en mitad del túnel y su vagón queda a oscuras. A partir de ahí a la chica le esperan sucesos que pondrán a prueba su cordura. Esta es la sinopsis de Creep, una cinta de terror que estrenaron en 2004 en Reino Unido. Hablo de ella a propósito de que este es el fin de semana "más terrorífico del año", en el que comienzan a desempolvar los títulos de este estilo. Sin embargo, no quise nombrar las clásicas, sino una que -para variar- mantuvo a la crítica dividida en su tiempo. Su premisa me parece muy original y creativa. Lástima que en el camino se desinfla bastante. Lo bueno es que Christopher Smith (director) nos regala un final tan pero tan espectacular que solo con él la entrega eleva sus puntos considerablemente. Sin su desenlace todavía yo estuviera lamentando el tiempo que invertí viéndola; que bien que no lo perdí. 


Tiene mucho gore(innecesario para mi gusto) y gritos de más, y aún así es completamente disfrutable, sobre todo por el hecho de que su atmósfera nos envuelve de manera que nos involucramos de lleno con la protagonista. La acertada Franka Potente me dejó una grata impresión, a pesar de que es la primera vez que la veo. Al igual que ella, me sentía agobiada, atrapada... imaginando qué haría en una situación similar. "Me moriría del miedo", pensaba. En mi opinión, la trama tiene un argumento con mucha imaginación y muy bien contado, el cual te engancha en ciertos momentos (en otros no tanto). ¿Que hay películas de terror mejores? Sí. ¿Que el guion tiene huecos? También. Solo que la angustia que produce y la originalidad que presume hace que la veas de principio a fin. Y es ahí, en el cierre, cuando sonríes por haberte quedado. Así que no dudo en recomendarla, sobre todo a quienes coleccionan todo lo que tenga que ver con este género. Búscala, disfrútala y más nada.

Puntuación: 2.5 de 5 





Escalar el Everest, ¿Por qué?



Esta semana tuve el placer de ver Everest, del director Baltasar Kormákur, que está basada en los hechos que acontecieron en 1996, cuando dos expediciones se enfrentaron a la peor tormenta de nieve mientras intentaban escalar la llamada "cima del mundo". Quedé perpleja desde el inicio, no solo por la cantidad detalles que nos ofrecen, sino también por el aspecto visual, el cual es soberbio y nos traslada hábilmente al Himalaya. Le doy 20 puntos a la impresionante fotografía (con toda seguridad, esto es lo mejor del filme). Hermosísima la montaña azul, inmensa, aterradora... La luz del día y los planos que enseñan las madrugadas. Todo está filmado con total cuidado y perfección. Luego está la trama. La película nos va introduciendo poco a poco en el clima que reinaba entonces en el monte Everest. 


Rob Hall (Jason Clark) es uno de los líderes de una empresa que se dedica a subir a otros montañeros por un "módico" precio de 60 mil dólares. Junto a él está Scott Fischer (Jake Gyllenhaal), quien rápidamente formó su propio negocio con el mismo propósito. Tengo que admitir que yo no sabía que estas “excursiones” las preparaban para cualquier aficionado que se considera "en forma", y me llamó la atención el hecho de que casi todos estos turistas sean cincuentones, lo que aumenta las probabilidades de regresar muertos. Y eso es lo bueno de Kormákur, que nos regala un relato creíble, humano y realista; una especie de material didáctico para quienes jamás haremos tal hazaña. 


Al igual que a los personajes, nos van aclimatando y preparando para saber si es posible alcanzar la meta. Aquí la subida hasta la cumbre se exhibe como un paseo, a veces a cuatro patas, pero sin prácticamente escalada de paredes o estrepitosas caídas. Tampoco hay mayor uso de los efectos especiales. Con lo que realmente lidia esta gente es con la falta de oxígeno a más de ocho mil metros de altura y con su propio estado de salud. Eso me asombró. Lo único malo es que hay muchos actores y poco se profundiza en sus desarrollos. En ocasiones hasta tienes que hacer un esfuerzo para saber quién es quién en medio de la nieve. Pero, por otro lado, me gustó la participación de Jason Clarke, Josh Brolin y Emily Watson (BRUTAL). Y -por supuesto- no puedo obviar la actuación de Keira Knightley, quien le pone la fresa al pastel con una de las escenas más desgarradoras. En definitiva, Everest es súper recomendable; una entrega interesantísima, desmitificadora y dramática, capaz de acercarnos un poquito al alpinismo que se realiza en esta imponente montaña y dejarnos una interrogante: ¿Por qué lo hacen?


Valoración: 4 de 5

Todo es grande, gigante e inverosímil


No entiendo por qué la gente se enrolla. El cine, como casi todo en las artes, es subjetivo. Me costó, pero finalmente aprendí hace poco que cuando tenga que hablar de alguna película debo evitar la frase "es mala". De repente para mí lo fue, pero a otra persona le pareció la maravilla del siglo. San Andreas, dirigida por Brad Peyton (Journey 2: The Mysterious Island), entra en ese saco donde se mezclan miles de opiniones. Por ejemplo, para The Wrap esta cinta es "una chorrada"; mientras que para el San Francisco Chronicle se trata de una entrega "más impresionante que otra cosa". 


A mí sinceramente me entretuvo. No es la mejor que se ha hecho para la gran pantalla, pero si una producción tiene la capacidad de divertirte y hacer que pases un buen rato mientras te comes las cotufas, ya ganó. Si, por el contrario, te dan ganas de abandonar la sala, entonces ese guion jamás debió rodarse. Sin embargo, San Andreas (o Terremoto, como también se le conoce) tiene un punto a favor, y es que logra inyectar algo de acción a todos los públicos. El director se encargó de poner patas arriba toda San Francisco, algo que me gustó. Sus efectos son bastante aceptables. Aunque no sé si la lógica de la gravedad está aplicada completamente en sus secuencias. Ver cómo caen los edificios y se parte la tierra en mil pedazos es todo un espectáculo típico digno del cine palomero y dominguero. 


¿Cuál es su parte negativa? Que es demasiado predecible. Desde el comienzo ya sabes qué va a pasar con la historia de cada uno de los personajes involucrados. No hay profundidad ni mucho argumento. Además el drama familiar está tan trillado como gastado. Dwayne Johnson (mejor conocido como La Roca) es un piloto de helicóptero de búsqueda y rescate, quien deja de ser el héroe público para convertirse en el salvador de su exesposa (Carla Gugino) y su hija (Alexandra Daddario). No está mal, yo diría que está en modo "automático". Así que no nos enredemos... Este filme entretiene lo suficiente, solo que -lamentablemente- no será una referencia del género. Durante unos escasos minutos recordarás su puesta en escena, en la que todo es grande, gigante, melodramático y -en extremo- inverosímil. Nada más



Puntuación: 2 de 3

Pixels sería mejor sin Adam Sandler


Los que ya me conocen saben que -desde que comencé a escribir esta columna en 2010- Adam Sandler no es santo de mi devoción. Si puedo sacarle el cuerpo a alguna de sus películas lo hago. No me parece un actor con gracia, pero bueno... Lo que quería decirles es que no pude evitar ver la producción de Columbia Pictures, Pixels, una cinta que narra cómo los extraterrestres malinterpretan las imágenes de los juegos de video de los años 80 y se disponen a declararle la guerra a los humanos en la Tierra. Tengo que confesar que, pese al protagonista, me agradó lo que encontré. No es la mejor entrega del año (muy lejos está), y aún así regala 105 minutos de entretenimiento fácil de digerir hasta para los que no están familiarizados con las llamadas "maquinitas" de hace 30 años. Aquí queda demostrado el talento de Chris Columbus para el cine destinado al público infantil. 


La narración es ágil y sencilla, sin descuidar los requerimientos que algunos adultos siempre agradecen (chistes en doble sentido, entre otras cosas). Me gustaron ciertos personajes que despiertan simpatía, como los interpretados por Kevin James y Josh Gad. Me reí bastante, y eso me tenía a mí misma totalmente sorprendida. Con respecto a las secuencias de acción, unas tienen un poco de ingenio y otras no tanto. Creo que no es la parte fuerte del filme, pues resulta algo tosca. Y la trama tampoco es la más interesante, salvo ese homenaje que le hacen con mucho cariño a la vida ochentera. Yo hubiese preferido que no se alargara tanto (con 90 minutos Pixels estaría más que bien). Y por otro lado, ¡adivinen! En lugar de Sandler podía haber estado otro histrión. Él apenas parece capaz de hacer acopio de fuerzas para llevar una escena. Hace nuevamente el típico papel del hombre infantil que, de alguna manera, enamora a la chica más guapa. En fin, una entrega no tan desacertada, pero que solo puede verse una vez, reírse un rato y luego continuar sin pensar en ella.



Nota: Me gustaron ciertos personajes que despiertan simpatía, como los interpretados por Kevin James y Josh Gad. Me reí bastante, y eso me tenía a mí misma totalmente sorprendida


Puntuación: 2 de 5