Actores salvajes



Hay una película (Savages), hay una premisa (el narcotráfico), hay un director (Oliver Stone) y hay un puñado de excelentes actores. ¿El resultado? Una historia entretenida, aunque no demasiado magistral, la cual devuelve al director su lado más "salvaje" -tal como se titula- y sexual. Es un filme rudo, crudo y no apto para conservadores, pues seguramente se alarmarán cuando vean cómo tres personas (dos hombres aparatosamente guapos y una mujer para más clichés muy sexi) pueden mantener una relación amorosa de tres sin caer en reproches o escenas de celos. Los vemos "hacer el amor", primero a dos de ellos, luego a los tres, y nos parece extraño porque, en mi humilde opinión, algo así es imposible de sobrellevar, está completamente alejado del diseño natural. Pero ese es otro tema. Aquí no vamos a caer en discursos morales. Nos interesa la entrega como tal y analizar si es digna de recomendar.



Nos encontramos con un elenco poderoso. Benicio del Toro hace un papel tremendo, después de estar dormido; John Travolta se topa con el rol de un policía corrupto que juega para el bando que más le convenga y también está genial; Salma Hayek (más latina que nunca) es la "reina roja", la mandamás de un cartel mexicano que le exige una actuación soberbia y, a pesar de que se ve bastante forzada, considero que es lo mejor que ha hecho en años; Demián Bichir es el que menos se destaca, pero luego de ser nominado al Oscar, tal parece que es bien facturado y hasta necesario. En fin, ya he nombrado varios "cuartobates" y no he llegado al centro de la historia, al meollo del asunto, a los galanes: Taylor Kitsch -¡Wao!- aparece tras John Carter y Battleship, y ahora sí es verdad que demuestra histrionismo, y Aaron Johnson -primera vez que lo veo, así que "Hi, mucho gusto"- lo acompaña en los créditos protagónicos.



Ellos viven en Laguna Beach suministrando marihuana a las empresas farmacéuticas y traficando en la zona. Lo "bueno" comienza cuando raptan a su chica y les piden entrar en su negocio. Repito, es una peli muy cruda en su máxima expresión; colmada de gore, de mucha acción y de cierta exageración en los detalles. Tiene dos finales, lo que nos sumerge en una disyuntiva de no saber cuál es mejor y cuál es peor. Aun así es disfrutable, sin ser la gran cosa. Es capaz de atrapar tanto a hombres como a mujeres. ¡Búscala si te provoca!


Puntuación: 3 de 5

Un relato de espíritus en stop-motion



A las salas de cine llegó hace poco una pequeña joyita. Tiene un sabor burtoniano, pero no, no es del gótico director de Sombras Tenebrosas, aunque sucumba a comparaciones. Chris Butler y Sam Fell son los directores de Paranorman, una maravilla artesanal en stop-motion, presentada por el estudio de animación Laika para divertir a la familia con un argumento que, si bien pudiera parecer repetido, está contado de manera fantástica. Sin embargo, cuando digo que todos los miembros de la familia pueden disfrutarla, hay que hacer una aclaratoria: si tienen a sus niños pequeños al lado mejor repitan de memoria la frase que emplea en la televisión cada vez que transmiten un programa no apto para menores.


La película requiere la supervisión de padres, madres, representantes o responsables. No diré por qué, sólo me limitaré a señalar que hay temas y subtemas un poco fuertes como para que las mentecitas de los niños los asimilen por sí solas. Maldiciones, brujería, muerte, homosexualidad y promiscuidad son algunos de los tópicos. Yo comencé a verla muy optimista con mi hija de cinco años, hasta que ella misma me preguntó: "Mami, ¿estás segura de que yo la puedo ver? No sé si era miedo (por los zombis y las escenas en las que el chico habla con espíritus) o porque ciertamente no se sentía cómoda con una entrega que no es de entero corte infantil. Mi decisión fue abandonarla y apreciarla más tarde en soledad.


Ahora, volviendo a lo que atañe, Paranorman plantea un argumento con buen desarrollo y un remate correcto, aunque algo forzado. La temática del niño que puede ver gente muerta y que al mismo tiempo es un incomprendido social ya la hemos apreciado infinidad de veces, lo que pasa es que esta vez el humor oscuro y bizarro le da el toque diferente. El filme es muy honesto consigo mismo y no pretende quedar bien con nadie. Por otro lado, la estética es sencillamente genial, no tiene desperdicios. Hay muchas secuencias creadas por computadora, pero siempre destacan cada detalle con sumo cuidado. Los rostros, los escenarios y los objetos completan una propuesta impecable visualmente hablando. Los efectos de los espíritus y los movimientos de cámara aportan un disfrute máximo, que hacen que nos quedemos mirando la pantalla y alabando un soberbio trabajo. Y lo mejor de todo es que los personajes están tremendamente construidos. En fin, una cinta que no es perfecta y que más bien esconde esporádicos desniveles, pero que viene a ser una experiencia agradable y creativa en un momento cinematográfico en el que no hay mucho que escoger.  


VALORACIÓN: 3 DE 5

Neeson sigue destrozando a los malos


En 2008 el director francés Pierre Morel, el productor/guionista Luc Besson y un impactante héroe de acción encarnado por Liam Neeson nos sorprendieron con una historia brutal y orgánica, la cual le dio con buen tino al tema tan duro y real de la prostistución internacional. La idea de realizar una segunda parte, que además pudiera generar las mismas exitosas ganancias de la primera no era nada descabellado. “¿Llamamos a Liam?”, “Por supuesto”, imagino que concluyeron los realizadores. En Taken 2 el actor muestra de nuevo su implacable (esta palabra tiene algo que ver con el título en español) carácter. Sabe actuar y este papel es uno de los muchos que ha hecho casi a la perfección. Pero hay un problema en esta entrega, y creo que tiene que ver con el hecho de que es que un simple refrito, esta vez con una ausencia notable de los elementos atrayentes. En pocas palabras: más de lo mismo.


De nuevo el jubilado agente de la CIA, Bryan Mills, tiene que lidiar con un secuestro. Ahora está en Estambul. Allí se encuentra con su hija y su exesposa, con quien está a punto de volver después de varios años y un divorcio. Así se presenta una subtrama amorosa y sentimental, aunque es cortada de cuajo por las verdaderas razones del guión. El padre de uno de los secuaces que él asesinó en la primera película lo busca por cielo y tierra, hasta que lo encuentra y lo encierra junto con su mujer para matarlos. Pero afuera queda Kim (su hija), cuya inteligencia para salvar a seres queridos puede superar aún a la de su padre. Los papeles se invierten. Vemos que el mejor GPS está en el cerebro de cada miembro de esa familia y que cualquier chica sobre la tierra daría moneditas de oro por tener un progenitor como Bryan.



Taken 2 es predecible hasta el cansancio. Como si no supiéramos que las habilidades extrasensoriales de Neeson en este filme son de otro planeta. Con varias técnicas puede acabar con 10 hombres sin ayuda alguna. En verdad, ¿Qué estaban pensando esos tipos cuando decidieron meterse con él? Uno a uno los va eliminando con inimaginable agilidad, y allí es cuando los espectadores decimos: “¡CLAROOOO!" Definitivamente, Olivier Megaton hizo una cinta entretenida pero sin más… La número uno superó los estándares que tiene el género de acción y esta se quedó en el montón. De todas formas, los seguidores la están viendo e increíblemente ya duplicó el recaudo en taquilla de Taken en su primer fin de semana.  Porque siempre será agradable que los “buenos” destrocen a a los “malos”.



Valoración: 2.5 de 5