SUFRIMIENTO, MUERTE Y RELIGIÓN


El hecho de que una película tenga como trama central la enfermedad y muerte de una niña ya es bastante. Pero que a eso le sumen una dura crítica a los movimientos no tan éticos o humanos de los miembros del Opus Dei hace que las emociones se crucen y se intensifiquen de una manera difícil de digerir. La película Española Camino, dirigida por Javier Fesser, deja una sensación extraña. No lloré, y tal vez sea por el hecho de que el final está claro desde que comienza el filme. Los primeros minutos se los dedican a las últimas horas de la protagonista, quien deja de respirar frente a su madre, su hermana, enfermeras, doctores y -por supuesto- los curas. ¡No se alarmen! No estoy revelando nada contundente. La sinopsis nos advierte lo que sucederá, pues se trata de un caso real. La historia de Camino (así se llama la jovencita interpretada por Nerea Camacho) está basada en la vida de  Alexia González-Barros, quien falleció a los 14 años en 1985 tras luchar con un cáncer en la vértebra.

Mientras más me adentraba a la trama, me daba cuenta de que todo no gira en torno al padecimiento de la adolescente. El director hace lo posible por mostrar los contrastes de enamorarse y morir al mismo tiempo y supone también una especie de drama romántico. Por otro lado está la parte religiosa, que nos hace preguntarnos: ¿Cómo puede una madre no pedir a Dios un milagro si ve a su hija al borde de un abismo? ¿Se vale el fanatismo en momentos de crisis? ¿Qué clase de mujer le impide a su hija realizar sus sueños, así sea los últimos que pida? En vista de la polémica que levantó esta producción en la iglesia católica desde que se estrenó en el año 2009, Fesser se defendió diciendo que en ningún momento intenta mal poner la fe en Dios, sino que refleja la exacta realidad, las contradicciones y el doble discurso de una organización que se irritó al verse en un espejo. Se refiere al Opus Dei, obviamente... Ya lo había nombrado al inicio, lo que no había dicho es que la familia verdadera basaba su educación en el seno de esos preceptos.
Tal parece que la cinta es más llamativa por lo que genera que por su mensaje o sus actuaciones, que vale decir están grandiosas. La española Carmen Elías triunfó en los Goya como la Mejor Actriz Protagonista, por su papel de Gloria (mamá de la niña). En esa oportunidad, también ganaron los premios Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto, Mejor Actriz Revelación y Mejor Guión Original. Técnicamente está muy bien hecha. Posee una fotografía excelente, sin contar con la estremecedora musicalización de Rafa Arnau y Mario Gosálvez. A mi juicio, tiene una energía que nos hace viajar por cada una de las barreras que se le presentan a Camino. Ella quiere vivir, amar y ser feliz pero no lo logra.

¡SIMPLEMENTE VÉANLA!


Aquí estoy de nuevo sentada en mi Quinta Fila. Terminado el trabajón de la Feria de la Chinita, regreso a mis comentarios cinematográficos hablando de una película que pasó hace poco por la cartelera. Confieso que la vi con predisposición y terminé comprendiendo que pudiera llegar a ubicarse en el renglón de las medianamente recomendables. No es tan mala, se salva por unas excusas muy buenas y efectos especiales trabajados con precisión. Ahhh disculpen, se me olvidaba nombrarla, se trata de Piraña 3D. Cientos de opiniones me llegaron antes de que pasara por mi vista. Que si es la más grotesca de la temporada (los que dijeron eso no han visto Machete), que si tiene mucho gore -en realidad sí- o que es un coctel de mujeres desnudas detrás de una historia que pretende ser seria y que a ratos lo logra.

Lo bueno es que este filme, dirigido por el  francés Alexandre Aja, no es un remake de ninguna de sus antecesoras (Piraña /1978 y Piraña II / 1981). Esta última fue realizada por James Cameron y no obtuvo tanta simpatía de la gente. La nueva versión tridimensional usa al depredador amazónico para contar una historia nueva, presentando desde el inicio chicas lindas, libertinaje, sexo y chistes. Luego termina con un final que -a mi juicio- fue lo mejor del metraje. La trama básica es un tanto predecible: después de una serie de temblores submarinos se liberan unos peces prehistóricos que devoran a los humanos con gran facilidad. Todo se desarrolla en el Lago Victoria, donde se vive la fiesta del verano al máximo. Los temporadistas deberán unir sus fuerzas para evitar ser la comida de esas malignas criaturas. Por supuesto, todo muy bien cargado de perceptibles GGI.

Acerca del reparto, tengo que decir que no fue nada memorable. Elisabeth Shue, como la sheriff del lago y la mamá que lucha por salvar a sus hijos, no dio lo mejor de sí. Me parece que con su participación quedó confinada a este tipo de papeles, que la alejan cada vez de los sensuales. Por otro lado está el joven Steven R. McQueen (nieto del recordado Steven McQueen), quien intenta ser el héroe. De resto hay personajes que arman el caparazón de la peli pero que hubiesen sido prácticamente lo mismo en mano de otros actores. Creo que Piraña 3D tendrá cero cantidad de Oscar, a pesar de que unos cuantos bromistas han inventado supuestas categorías en las que pudiera participar. Por ejemplo: "mejor pene devorado y escupido en 3D", "mejor duelo de motos acuáticas en un filme de pirañas", "mejor cueva submarina" y "mejor cueva submarina con huevos de piraña". Sí, ríanse. ¡Hasta la próxima! 



RESALTANDO LO BUENO

Hace poco vi la película venezolana Las caras del diablo y, antes de escribir mis impresiones acerca de ella, me dediqué a leer otras críticas para ver si las opiniones estaban unificadas. Me encontré con una que si bien no es completamente destructiva, basa su argumento en una extraña comparación con el cine norteamericano. Para ser directa, hace referencias a la ganadora del Oscar del año pasado The Hurt Locker (por eso del recurso de la cámara en mano). Es cierto que la nueva entrega de Carlos Daniel Malavé no es la mejor de la temporada. Se encuentran ciertos problemas con el manejo de la cámara, con la no acertada musicalización, con los diálogos y con algunas actuaciones secundarias. Sin embargo, quiero excusarla tomando en cuenta que se trata de una obra hecha bajo la modalidad del llamado cine guerrilla. Es decir, utilizaron los recursos que tenían al alcance. No había presupuesto.




Partiendo de ese antecedente, es aplaudible que los directores criollos hagan lo que puedan y se avoquen a cumplir el sueño de crear una historia sin tener que esperar que alguna productora financie el proyecto. Esto no lo invento yo, sino que el mismo Malavé me lo dijo en una entrevista previa al estreno. Se nota que su mente cinéfila va mucho más allá y que apuesta todo –incluyendo su cartera- con el propósito de hacer cine. Lo más importante es seguir apoyando lo nuestro, y si hay un punto a favor debemos resaltarlo.
En el caso de Las caras del diablo, es necesario destacar el mensaje positivo que nos deja. No hablo de la trama policial, pues me pareció un poco floja. Me refiero al hecho de alertar a los padres acerca de los peligros que corren los hijos en internet sin supervisión de un adulto. La pornografía infantil está latente cada vez más, así como los secuestros y los asesinatos a menores. Dicho sea de paso, no es muy fácil tratar este tema. Pero agradecemos que, por un momento, esta producción nos alejara de la dignificación de los malandros venezolanos.



Jean Paul Leroux, como protagonista, tiene una participación creíble. A pesar de no ser papá en la vida real, muestra sufrimiento al enterarse de que su hija Sarah desapareció del plan vacacional. María Fernanda León, en el papel de la madre, también pone su mayor empeño y se esfuerza por conmover en las escenas de llanto. A la niña Valentina Mammarella no le dan grandes apariciones, pero es una nueva actriz que se levanta en el país. Aquí les dejo varios datos para que se interesen y vayan a verla: 1) Contó con la participación de 12 personas en el equipo técnico y el rodaje duró cuatro semanas. 2) Trabajaron con pocas luces. Eso les permitía llegar al sitio, montar rápidamente los equipos, grabar e irse. 3) El dinero para el filme salió de un ahorro que Malavé tenía apartado para comprarse un carro. ¡Es injusto no apoyarlos!