¡Se acabó!


La sala estaba full. Era mucha la expectativa, dada la publicidad y el plan de márquetin que siempre anteceden a las películas de la saga Crepúsculo. Ir a ver Amanecer Parte 2 equivalía a pasar un buen rato en una cola. Mi esposo y yo entramos con la bandeja de cotufas en la mano y tuvimos que luchar para no quedar en butacas separadas. Nos costó, y no éramos los únicos en la implacable búsqueda, parecía una competencia. De pronto vimos dos asientos juntos e iluminados, tenían un aura mágica y nos llamaron con una campanita. Más tarde me fijé que estábamos en la quinta fila (las conté). La película comenzó en medio de aplausos -nunca había visto algo así-, y luego me acostumbré, pues lo mismo se repetía cada vez que ocurría algo relevante en la trama. Yo nunca lo hice, ¡Mosca!



Apareció Robert Pattinson en el papel de Edward Cullen. Kristen Stewart (Bella) también ocupó la pantalla ahora convertida en vampiro. Todo en silencio. Sin embargo, un grito ensordecedor se escuchó cuando Taylor Lautner salió de una casa forestal para saludar a su antigua amiga. Me quedó claro que ese chico es -definitivamente- el que despierta las pasiones y al que utilizan como sex symbol. Si no fuera así, Bill Condon hubiese prescindido de la escena en la que Jacob Black se va despojando de su ropa frente al padre de Bella, hasta quedar en boxer. Esa parte fue muy divertida, así como muchas del filme, que esta vez percibí más relajado y con una calidad que supera a las anteriores. Creo que estamos ante lo mejor de la saga. Esto me atrevo a decirlo, pese a no ser fanática de Crepúsculo y de no tener base literaria (no leí ningún libro). Pero podría jurar que a los seguidores les dieron lo que querían.


Es un producto bien logrado, con una buena fotografía y un color blanco que resalta convenientemente durante todo el metraje. El material se mantiene en constante dinamismo, tanto así que resulta difícil aburrirse. Saltos, transformaciones, metáforas sexuales, decapitaciones... El clímax, aunque largo, sobrepasa los límites de lo estético y deja al público con ganas de decir: "Buenísima". Qué lástima que a lo largo de estas cuatro pelis a mí no me terminaran de gustar sus protagonistas; más insípidos cada vez, no solo en estas historias, sino en todo lo que hacen. Conclusión: un final digno, donde lo mejor fue la batalla épica casi memorable. ¿Lo peor? La única escena de sexo (simple e incapaz de excitar). Lamentablemente nunca se despojaron del tono cursi dirigido a quinceañeras, pero bueno... eso fue todo, ended.

Valoración: 3 de 5

La Bestia tiene algo...



Hace 21 años la vida de Bella dio un cambio de 360 grados. Era una joven provinciana, quien vivía con su padre y solo se preocupaba por leer. No le interesaba el romance, o al menos eso demostraba cada vez que Gastón la pretendía. Pero un día conoció a una horrenda Bestia, la cual le robó el corazón poco a poco hasta que logró enamorarla perdidamente. Esta es mi sinopsis del cuento animado de Disney, que este mes está de aniversario (su estreno sucedió un 19 de noviembre de 1991).

 

Nunca he escondido que soy fanática de los clásicos de la compañía. Los he visto todos: Desde La Cenicienta, pasando por Los Aristogatos, hasta llegar a La Princesa y el Sapo y Enredados. Me pareció propicio hablar de esta película, pues hace poco se relanzó en 3D. Sin embargo, el impulso mayor es el análisis tan profundo que genera la relación de estos dos seres. En realidad, hay algo tremendo alrededor de esta historia, no en vano fue el primer largometraje de animación nominado al Oscar en la categoría de Mejor Película, y resultó ganadora en los Globos de Oro. Además, está considerada una de las mejores cintas románticas del cine, situada en la posición número 34 del ranquin. Una perfecta combinación de romance, música, fantasía, humor y hasta violencia (especialmente en la pelea con los lobos) es lo que vivimos grandes y chicos cada vez que la apreciamos. Y creo que ahí es donde radica la diferencia de la entrega, que puede ser una simple historia de amor para los niños y al mismo tiempo noquear a los adultos.  


Gary Trousdale y Kirk Wise fueron tan audaces que no escatimaron al momento de desarrollar los personajes llenos de energía y humanidad. Desde el minuto inicial queda claro que esta cinta tiene algo especial. Las primeras notas de la banda sonora -MAGNÍFICA, por cierto- nos demuestran que en efecto estamos ante un cuento de hadas, pero hay "algo", un elemento adicional, un toque oscuro, mágico... Y es que por primera vez los de Disney van en serio; para muestra, la puñalada que le da Gastón a la Bestia. Entonces Bella -en medio de la lluvia y de una entristecedora melodía- le declara su amor a la fea criatura, dejando claro que el físico no importa. Lo que en principio iba por un camino aterrador, desemboca en total ternura, sin caer en azúcares. Y para rematar, Bella es una de las pocas princesas de Disney con personalidad propia. ¡Es sencillamente impresionante!

Lo mejor: la banda sonora de Alan Menken y la escena en la que Bella aparece en el gran salón con el vestido amarillo. Hasta provoca bailar con la Bestia.


¿Ajá? No me gustó. ¿Es obligado?

Hablaré de La Cabaña en el Bosque (Drew Goddard),una cinta que, aún sin haber llegado a las salas de cine, es una de las más vistas en el último trimestre del año. Es de ¿Terror? No lo sé, de repente sí... De lo que sí estoy segura es que en mí no causó el mismo efecto que en otros cinéfilos, quienes le dieron 10 de 10 y afirmaron que es "lo mejor de 2012". Por las conversaciones que he escuchado y las críticas que he leído, he llegado a la conclusión de que se trata de una de esas películas que odian o aman en igual proporción. Me llamó mucho la atención una frase de cineralia.com, donde dicen que The Cabin in the Wood es  "como un refresco lleno de burbujas, con sabor clásico y adulzado". En mi opinión es un completo disparate, pero bueno... creo que eso ya lo he repetido en reiteradas ocasiones y la retroalimentación no ha sido buena.
Trataré de ser lo más ecuánime y objetiva posible y me limitaré a tratar puntos que tengan que ver con la trama, el guión y las actuaciones (Kristen Connolly, Chris Hemsworth, Fran Kranz, Richard Jenkins, Bradley Whitford, entre otros). Si me provoca, al final volveré al tema de las reacciones. Cinco adolescentes, (algo común en este tipo de propuestas) se preparan para pasar el fin de semana en una remota cabaña, situada en un bosque. En el sótano encuentran una extraña colección de reliquias y, entre ellas, un diario que habla de la antigua familia de psicópatas que ocupó la casa. Lo que no sospechan es que son observados y manipulados, y que sus vidas corren peligro. A partir de ese momento todo cambia. Aparecen zombies y -SPOILER- cada uno de los personajes son asesinados progresivamente. Ellos son una parte rescatable de esta entrega: correctos y lucidos. Fran Kranz está de lujo, realmente increíble.

Pero cuando me refiero a que "todo cambia" lo digo en todo el sentido de la palabra, pues nunca nos imaginamos que la historia tendrá un giro de esa inmensidad; tanto así que el género se tambalea y llega a ser más bien una parodia. El miedo se va, o mejor dicho nunca estuvo, llegan las risas. La sangre (al mejor estilo de salsa de tomate) ocupa la mayor parte del cuadro, bañándolo todo de rojo cómico e intenso. El filme se vuelve un caos y pierde el norte en un tramo final de locura, pero que al mismo tiempo es un regalo entregado al cine de terror y a los que quedaron con la boca abierta.



Valoración: 1 de 5