"No, de hecho, quiero llevarte a mi cama"



Llega un puñado de buenos actores y se reúne para trabajar en cierta película. Esta tiene de director a Ruben Fleischer y está ambientada en los años 40, esos en los que los mafiosos se comían vivas a todas las instituciones públicas de Los Ángeles. ¿Me interesa la premisa así de entrada? La verdad no mucho... Ahhh, pero nada más en el póster observo la figura de Ryan Gosling y me quedo. Gangster Squad (o Fuerza Antiganster, como se llama en Latinoamérica) cuenta una serie de artículos periodísticos que relatan la labor de un equipo especial de policías cuya misión es atrapar a Meyer Harris, mejor conocido como "Mickey Cohen" (Sean Penn), un poderoso gánster judío capaz de derramar la sangre que sea necesaria para cumplir sus objetivos. Sin embargo, debo admitir que no solo el protagonista de The Notebook me atrapó, sino que -entre las pocas cosas originales que tiene la cinta- lo mejor fue precisamente todo su elenco. Además, me encontré con una ambientación increíble, un ritmo veloz e intenso, una elegancia poco común en estos tiempos y algunas escenas con un pequeño toque de oportuno humor. Qué lástima que en el fondo haya estado algo vacía y que su guion no termine de llegar a la perfección, ni de cerca.
Hay una tendencia a la cámara lenta, así que de vez en cuando el espectador puede marearse. Por otro lado está esa tonta manía de bañar de sangre la pantalla, como si no existiese otra técnica con la cual proyectar los asesinatos de alto calibre. El ruido de las metralletas tampoco faltó en esta película, donde la acción forma parte del 60 por ciento del metraje. Pero una de las cosas que más llamó mi atención -y aquí tengo que pedir permiso para hablar nuevamente de él- fue ver una vez más a Emma Stone haciendo pareja con Goslyn. Creo que la química que hay entre ellos está muy bien aprovechada por los cineastas de estos tiempos. Cito textualmente el diálogo de una de sus escenas:
- "¿A qué te dedicas?
- Vendo biblias.
- ¿Es decir, que tu intención es convertirme en una santa?
- No, de hecho quiero llevarte a mi cama".

Claro, tampoco se trata de lo mejor que se ha dicho en el cine, pero sí se disfruta y a cualquier chica le agradará esa parte. Considero que  Gangster Squad-dentro de sus debilidades- tiene más que menos. Al menos respira ese aire de glamurosa apariencia y le aporta al género otro granito de arena.
Valoración: 3 de 5

¡Qué drama el de los adolescentes!



Muchos no conocen a Stephen Chbosky... Yo tampoco lo conocía. Resulta que este señor es un escritor que decidió adaptar él mismo al cine su único libro, denominado Las ventajas de ser invisible (The Perks of Being a Wallflower). El resultado es una película que merece, entre otras cosas, una buena crítica. Confieso que al leer la sinopsis se esfuman un poco las ganas de verla, pero una vez que comienza y transcurre, agradecemos habernos quedado. No se trata de la simple y típica historia de tonterías adolescentes. Es más, si entramos en Filmaffinity y buscamos su ficha, encontramos que el género que le atribuyen es el siguiente: Drama, drama romántico, adolescencia, amistad, homosexualidad, colegios y universidad... Sí, yo también dije: ¡Qué raro! Sin embargo, nada puede definir mejor a esta producción, la cual te sumerge en la vida de Charlie (Logan Lerman) desde el principio. Además, este joven actor, junto con Emma Watson (alfín alejada de Hogwarts) y Ezra Miller (el asesino de Tenemos que Hablar de Kevin), forma un trío de intérpretes sencillamente fenomenal. 


Charlie es un joven tímido y marginado que escribe una serie de cartas para una persona sin identificación. En ellas aborda asuntos como el amor, los conflictos familiares, las primeras citas, el sexo o las drogas. Él tendrá que afrontar dificultades, al tiempo que lucha por conseguir personas con las que pueda encajar y sentirse a gusto. Cuando estamos al frente de esta trama nos sentimos en un viaje, el mismo viaje que hace el protagonista para encontrar su verdadera identidad. Pero sucede algo que hace que el filme sea profundo y emocionalmente diferente a otros. Este joven esconde un pasado que lo tiene estancado, que lo enferma, que lo hunde... Y nosotros, por supuesto, como somos curiosos, queremos saberlo. Tal vez por eso es que llegamos al final, aunque no nos guste mucho. Tal parece que la mayoría de los directores nos tiene acostumbrados a las resoluciones difíciles, a las muertes como único camino hacia la conclusión o a los finales abiertos como puertas de iglesia. Este no es el caso, pero debo callarme o revelaré más de la cuenta. Lo cierto es que Chbosky, en su debut, lo hizo muy bien. Ya sabía de qué hablaba. Obvio, es su historia. A pesar de los huecos, de la excesiva presencia de la voz en off y de otros detallitos, Las Ventajas de ser Invisibles es una obra sostenida, con verdades creíbles, encanto, honestidad y actores con un venturoso futuro. Nada predecible. ¡RECOMENDADA!



Valoración: 3,5 de 5

¿En serio? ¿El sexo se acaba?



Esto es un pequeño milagro de película. Claro, están Meryl Streep y Tommy Lee Jones a la cabeza; un tiro al piso, una garantía, un golpe maestro de un reparto que -en compañía de Steve Carell- levanta la producción por encima de cualquier error. En Venezuela la llamaron Qué Voy a Hacer con mi Marido, aunque su título original es Hope Springs. Se trata de una suerte de historia que nada tiene que ver con superhéroes o hechos apocalípticos, simplemente muestra los caminos rocosos por los que transita el corazón de una mujer... y de un hombre. Nadie sabe qué rumbo toma un matrimonio después de 30 años. ¿Qué pasa con la pasión, con el sexo, con el deseo, con las ganas? ¿Será cierto que eso se acaba? Los que ya están entrados en edad y tienen "siglos" emparejados de repente se estén devolviendo sus propias respuestas. Sin embargo, los que aún somos jóvenes nos hacemos muchas interrogantes después de ver esta obra y nos queda la sensación de trabajar para que la "llama" dure al menos mientras se pueda.


Kay (Streep) y su marido Arnold (Lee Jones) llevan más de tres décadas juntos. Lo que desde afuera parece armonía y estabilidad se ha convertido en monotonía y tedio, sobre todo para ella, quien echa de menos el afecto y la lujuria. Y es tanto lo que han perdido, que ni siquiera duermen en el mismo cuarto. Por eso Kay decide apuntarse a una terapia de un famoso sexólogo (Carell) en una localidad llamada Hope Springs. Su esposo la acompaña a regañadientes y sin la más mínima intención de colaborar. Tengo que decir que la cinta toma más fuerza desde que comienza ese viaje para tratar de arreglar la relación. La presencia de un Steve Carell serio y haciendo de perfecto profesional le imprime a la trama un tono real. Los diálogos, las situaciones y las escenas íntimas son exquisitas, a pesar de la incomodidad que puedan generar.


//SPOILER// Casi me tapo los ojos cuando, cumpliendo con una tarea del terapeuta, los protagonistas deben experimentar por primera vez el sexo oral en una sala de cine // FIN DE SPOILER//. En ese momento aplaudí a Meryl. No en vano esta mujer tiene tantas nominaciones y premios Oscar. Es una bestia de la actuación. Tremenda, simplemente tremenda. No les puedo contar el final, pero les aseguro que no perderán su tiempo. Lo único malo que le atribuyo es que a veces no sabes si es una comedia o un drama. Todo lo demás vale la pena. ¡Qué lección de vida y qué cruel es David Frankel al presentarnos la realidad de esta manera! Cuán dura es la vejez, si esto sucede...


Valoración: 4 de 5

No esperes mucho...



"Cuando el reparto es amplio la película es buena": esto es lo que nos hacen creer algunos directores, pero la fórmula no siempre funciona. Por ejemplo: a mí me gustó New Year's Eve (una más o menos reciente). Sin embargo, estoy consiente de que no trasciende, no se queda, así como tampoco se queda esta flojera llamada Qué Esperar Cuando Estás Esperando. Tiene un puñado de famosos que no logra sacar adelante el proyecto. Al final resulta ser una comedia superficial y completamente prefabricada. Cameron Diaz no nos engaña, no tiene pinta de embarazada ni de aquí a la luna; Dennis Quaid ya es -en definitiva- un viejo verde; Brooklyn Decker debería optar solo por exhibir su escultural cuerpo sin actuar y, por último, Jennifer López jamás había estado tan descolorida. Creo que las actuaciones más destacables fueron las de Chris Rock y Elizabeth Banks. Esta última fue la que mejor llevó el papel de futura madre.


Fuera de todo eso no hay mucho que esperar. Sí hay ciertos momentos de risa, aunque sin ningún gag memorable. Todavía en estos tiempos Kirk Jones (director) cayó en los clichés más comunes del cine cómico. ¿O es que acaso él no sabe que ya el público no se ríe con chistes que incluyen eructos y partes íntimas? Hay que renovarse. Este filme hubiese podido dar mucho más, pues el tema del embarazo, los hijos y las parejas siguen sirviendo de espejo para todo tipo de público. Muchos anhelan una relación estable, un matrimonio, un bebé... Y si ya tienen todo eso, entonces ven otros problemas. La vida, con sus consecuentes idas y vueltas, no termina. Pero para llevar eso al cine se necesita un grado de inteligencia y originalidad que en este caso están ausentes.


Y no es que la dirección sea precisamente incorrecta, solo que no posee el toque personal que le da a cada película la diferencia. Qué Esperar... funciona dentro de lo normal y de sus posibilidades; no gustará a los espectadores exigentes ni a aquellos que no tengan la más remota idea de lo que significa ser padres. Les doy un consejo: ni se les ocurra verla en el cine (en caso de que ya esté en cartelera). Si quieren sacarse la duda y ver si estoy en lo cierto, mejor la alquilan. Al menos harán muecas con los bebés "de verdad" que aparecen en las escenas. Y digo "de verdad", porque todavía no supero la falsa carita de la recién nacida Renesmee en Amanecer Parte 2. ¡Nos vemos!



VALORACIÓN: 1 de 5