Nos reconocemos en El Regreso


Tuve la oportunidad de ver el largometraje zuliano El Regreso recién salido del horno. Ese día la directora Patricia Ortega estaba emocionada, habló de cuánto esfuerzo les costó sacar adelante el proyecto, agradeció a quienes la apoyaron y presentó -orgullosa- a sus actores. Una joven, quien artísticamente se hace llamar Cancioneira, entonó unos temas melancólicos que evocaron fácilmente aquellas canciones típicas de la etnia Wayuu. Ese fue el preludio de la noche. La película empezó, el lugar estaba full, pero no tardé en concentrarme. La música me atrapó, así como me atrapó el estilo de vida que nos presentan como referencia. Una familia vive aparentemente tranquila en Bahía Portete (Alta Guajira colombiana). Se respira tranquilidad en un hogar donde la arena y los chinchorros bastan para transcurrir el día a día. Sin embargo, desde el principio hay una amenaza latente y -tal vez porque quienes conocemos la noticia ya sabemos lo que va a pasar- nos impacientamos. La violencia no llega de una vez y es ahí cuando me permito decir que -quizá- sea uno de los puntos débiles de la cinta: es un poco lenta. 



Con todo y eso, hay quienes aseguran que esa es la parte interesante. Ortega se regodea para que podamos conectarnos con los personajes. Ya para cuando la sangre empieza a correr, tenemos una empatía completa con Shuliwala (la debutante y correctísima Daniela González), una niña de 10 años que tras la tragedia logra huir hasta una ciudad fronteriza y desconocida. Entonces empieza la segunda parte de la película y la angustia del espectador aumenta. Nos reconocemos en cada plano, en cada detalle, en cada escenario y nos preguntamos: ¿eso es ficción o realidad? Yo tuve la respuesta inmediata: es realidad. En el centro de Maracaibo los niños en situación de calle no forman parte de un guion, NO. Están vivitos y coleando, pero con hambre. Tal vez no estoy haciendo un análisis de la cinematografía, pero es que el mensaje me tocó demasiado. Patricia tuvo un buen comienzo, sobre todo porque jugó con la emoción de su gente. Además, la fotografía, la música y el montaje son dignos de admirar. Todo eso sin contar el gran trabajo de dirección con los actores, quienes en su mayoría no tenían experiencia en el cine y aún así no se vieron sobreactuados ni exagerados. El Regreso es una cinta nuestra, muy nuestra, con una gran reflexión y una seña: el cine zuliano se despertó. 



Aplausos para Laureano Olivares, la niña Sofía Espinoza y Gloria Jusayú. Ellos hacen que El Regreso se eleve dos puntos por arriba.

Puntuación 4 de 5


Ver a Bradley Cooper durante 100 minutos


La historia de los amigos que pasan por situaciones "extremas" gracias a una resaca que les ha "borrado el cassette" por completo, llegó a su fin. The Hangover Part III se presenta como despedida y tiene una vez más la mano de su fiel director Todd Phillips (quien realizó las dos películas anteriores); solo que en esta oportunidad no hay alcohol de por medio, es decir no hay ratón (como dirían los venezolanos). Doug, Phil y Stu se dan cuenta de que su cuarto amigo, Alan, está al borde de un abismo (decapitó a una jirafa, le provocó un infarto a su padre... en fin). Por eso intentan ayudarlo y lo llevan a un centro especializado, pero en el camino se encuentran con una "cuenta pendiente", la cual incluye al problemático criminal Leslie Chow. La comedia en esta tercera entrega se da como quien quiere y no quiere la cosa. El humor mayor lo pone el personaje de Zach Galifianakis. No voy a ser hipócrita, pues el tipo miraba la pantalla y yo me reía con ganas, seguida de los compañeros que tenía a mi lado. Sin embargo, es cierto que Qué Pasó Ayer (como la llaman en Latinoamérica) pierde un poco esa esencia y esa magia con la que comenzó su recorrido. A ratos pudiera resultar un poco cansona para quienes no están acostumbrados a este tipo de propuestas. Además, me chocó la idea de que le dieran más protagonismo a ese chinito fastidioso y -OBVIO- no se ganará ningún Oscar, ya sé...  


De todas formas, es una película capaz de sacarle una carcajada (aunque sea una) a cualquier persona. Insisto: Galifianakis es el centro aquí. Él aplasta una escena, la parte en pedazos pequeños y la lanza al aire con tan solo una frase. Los que ya la vieron recordarán la que comparte con Melissa McCarthy. ¡Esa estuvo de lujo! Por otro lado. TODO, absolutamente TODO vale la pena únicamente por el hecho de pasar 100 minutos observando a Bradley Cooper. No me arrepiento de ver esta cinta, pues nunca desperdiciaré la oportunidad de verlo a él. No solo Alan y Chow babean. Para finalizar, considero que la trama hace mención a temas como la evolución, la madurez y la amistad. Estos chicos están creciendo, o bueno, al menos eso parece. Un consejo les doy: si están en el cine, no abandonen la sala tan rápido. Esperen una última escena, un total homenaje a las locuras que los caracterizan, donde Stu se lleva -como siempre- la peor parte. ¡Hasta la próxima!



Valoración: 3 de 5

El humor mayor lo pone Galifianakis. Pero Bradley Cooper se la come desfilando esos pantalones kaki. 

¡Nada es lo que parece!


La primera escena ya es perturbadora. Un hombre corriendo con cara de espanto por un bosque oscuro. Solo la luz de su linterna alumbra, a ratos, la aterradora noche. De pronto, sale a la carretera y, ¡BUM! No puedo seguir contando más acerca de El Cuerpo, una película española de 2012 que resulta una gran sorpresa y que se desarrolla mayormente en el interior de una morgue. El cadáver de una poderosa empresaria ha desaparecido del depósito, por lo que el inspector de policía encargado debe investigar -con la ayuda del viudo- quién o quiénes lo robaron. Cierto, dije que no podía contar mucho, sorry! Es que este tipo de trama es de esas en que no se puede revelar absolutamente nada. Solo hay que verla, disfrutarla y analizarla al final. Y, créanme, eso no va a ser difícil, considerando que se trata de un thriller psicológico con un suspenso efectivísimo y uno de los finales más impactantes del cine. Te despierta de golpe y eleva la cinta dos puntos por arriba. Oriol Paulo, guionista de Los Ojos de Julia, debuta en la dirección, dándonos un buen adelanto de lo que pudiera ser su carrera en esta área. Además, optó por escoger a José Coronado, Belén Rueda y Hugo Silva para los papeles principales. Los tres están correctos. Atrapan e introducen al espectador en ese mar de noir.


Agradecí grandemente el hecho de haber encontrado esta peli, pues ya me hacía falta sentir esa incertidumbre que nació en mí desde el primer minuto. El metraje alargado no es un obstáculo, ni mucho menos un factor para el aburrimiento, por el contrario, cada instante vale en este filme y cada escena te hace pensar en algo diferente. Si en algún momento crees haber adivinado parte del cuento, déjame avisarte que no cantes victoria tan rápido. Nada es lo que parece. "¡Ahhh!, ¡ya yo sé lo que pasa! Este hizo esto y aquella hizo lo otro", exclamó emocionado mi esposo, como si hubiese descubierto el crimen más complicado. Le creí a medias, pero tenía mis dudas. Más tarde, el desenlace nos dejó a los dos con la boca abierta y casi no pudimos pronunciar palabra. No creo que El Cuerpo sea una obra maestra, incluso, si pudiera nombrar algo negativo, sería el sonido. Algunas conversaciones no se entienden (ya saben, los españoles tienen una papa en la boca). Sin embargo, me atrevo a decir que estamos ante una excelente propuesta de misterio puro, con interrogatorio e incógnita por despejar. Hecha a pulso y llena de giros increíbles, este filme es ideal para los cinéfilos amantes de los laberintos y de la trampa. ¡Recomendadísima! VER TRÁILER


VALORACIÓN: 4.5 de 5

NOTA: El final inesperado de El Cuerpo te despierta de un solo golpe y eleva toda la película dos puntos por arriba

¡Supéralo, Stephenie Meyer!


Un escaso puntaje le asignan a la cinta The Host (La Huésped) en las diferentes páginas medidoras. No podía ser más, considerando que la trama presenta a una extraterrestre dentro de la mente de una humana. Ellas hablan entre sí, se pelean por el amor de un chico, pero son la misma persona; es decir, el cuerpo es uno, lo que las distingue es una insoportable voz en off. ¡Qué lástima! Hubiese podido ser un mejor proyecto si no fuera tan lenta y si no viniera de una novela de Stephenie Meyer, autora de la saga de Crepúsculo. La escritora ya no pudo seguir haciendo historias de vampiros y se abocó a una de alienígenas con la misma tónica adolescente y con personajes insípidos, cual Robert Pattinson y Kristen Stewart. No dudo de que, entre el conglomerado, exista personas que difieran de mi punto de vista, pues este tipo de películas siempre tienen un porcentaje a su favor, más aún si el creador ya es conocido por una franquicia que arrastra masas de una u otra manera. Lo malo es que Andrew Niccol (In Time, El Señor de la Guerra, Gattaca) realiza una dirección algo sosa. Me pareció un filme tonto, repetido, aburrido... Su género tampoco está claro, a pesar de que le atribuyen varios: ciencia ficción, thriller, romance y extraterrestres. ¿Romance? ¿Cuál romance? ¿Thriller? ¿Cuál thriller?



En el reparto destacan Diane Kruger y William Hurt. A los otros los conozco poco, exceptuando a Saoirse Ronan (protagonista), a quien ya vi en Atonement, Hanna y The Lovely Bones. The Host pierde cualquier fuerza dramática que pudiera tener al principio. Sus diálogos "profundos" llegan a cansar sobremanera, haciendo que el espectador pida a gritos algo más emocionante (cosa que no ocurre). Solo hay ciertos momentos medianamente interesantes. Los convencionalismos y tópicos que vimos en Crepúsculo se dejan ver de forma ligera. De pronto caemos en cuenta de que aquí también hay un trío o hasta cuarteto. De lo poco rescato, el buen gusto del director por la elegante puesta en escena. Niccol logra imágenes preciosas e imponentes (el campo de trigo, el firmamento). Y el mensaje intrínseco que podemos analizar al final es que, en cualquier momento de la vida, los jóvenes sufren una lucha interna, una dicotomía propia del inconformismo de la edad, la cual se despierta a la par con amores y pasiones. ¡Supéralo, Stephenie! En fin, esta película no tiene nada de nada, pero me da la leve impresión de que pudiera generar secuelas. ¡Suerte!




Valoración: 1 de 5