¡Los Minions se lo merecían!


Todavía estamos en vacaciones, y -de repente- quedan niños que aún no han visto una de las películas animadas más esperadas de este año. Entonces no hay tiempo qué perder. Si tú eres padre y estás leyendo esta columna; levántate, agarra a tu hijo y corre hacia la sala de cine que tengas más cerca. Los Minions están en cartelera y siguen con ese talento tan natural para sacarte carcajadas. Es que no hay otra palabra. No es una "sonrisita", no es un poco de humor, no... Ellos son capaces de hacer que tú pierdas la vergüenza y grites de la risa. Te harán sacar lo más alegre que hay dentro de tí (seas adulto o pequeño), no importa la edad. Como dice Jordi Costa en su columna publicada en el diario El País, "No estamos ante la ambición del mejor Pixar, pero sí ante una manera de entender la comedia animada que suministra placer a granel y que transforma hora y media de metraje en gozoso suspiro". Y es que esta vez los Minions no tienen protagonista que los pudiera opacar, sino que son los reyes absolutos de la historia (algo que se veía venir desde que aparecieron por primera vez en Despicable Me). 



El público ve como sus inicios se remontan al principio de los tiempos. Empezaron siendo organismos amarillos unicelulares que evolucionaron a través del tiempo, poniéndose siempre al servicio de los amos más despreciables. Ante su incapacidad para mantener a esos amos -desde el T. Rex a Napoleón-, estos personajes acaban encontrándose solos y caen en una profunda depresión. Sin embargo, uno de ellos, llamado Kevin, tiene un plan. Acompañado por el rebelde Stuart y el adorable Bob, emprende un emocionante viaje para conseguir una jefa a quien servir, y se consigue a la terrible Scarlet Overkill. Pasarán de la helada Antártida, a la ciudad de Nueva York en los años 60, para acabar en el Londres de la misma época, donde deberán enfrentarse al mayor reto hasta la fecha: salvar a la raza Minions de la aniquilación. Es cierto que hay algunos aspectos no muy claros dentro del guion, pero vamos a ser sinceros: ¿quién se fija en el guion cuando está frente a una película tan divertida? Los grandes villanos aquí aportan un punto favorable y el filme se vuelve sumamente irresistible. Así que no hay más nada qué decir. Ya no queda ninguna duda. Los Minions son dignos de ese spin-off. Se lo merecían desde el preciso instante en que debutaron en el cine.

Valoración: 4 de 5

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