Es cierto que el tema de la pederastia, los secuestros
infantiles y las tramas policíacas son vistos hasta la saciedad en el cine. Pocas
películas referentes a esos temas con verdaderamente una maravilla, pero
viajamos unos añitos atrás (2007) nos encontramos con una obra rescatable en
todos los sentidos. Gone Baby Gone es uno de esos largometrajes que valen la
pena verlos. Su director tiene poca aceptación como actor y –tal vez por eso- aquí
debutó detrás de cámaras con una elegancia y destreza narrativas dignas del
cine de ese estilo. Estoy hablando de Ben Affleck, quien supo llevar las riendas
de un relato basado en un bestseller del autor de Mystic River. Cuenta la
historia de dos jóvenes que ejercen como detectives privados. Ellos buscan a
una niña de cuatro años, hija de una drogadicta, que secuestraron en uno de los
barrios más sórdidos de Boston.
El protagonista es Casey Affleck, hermano del realizador,
cuya actuación debo respetar. Aún con su corta edad supo manejar el personaje,
logrando conexión con el espectador y aportando mucho más que credibilidad. En
algunos momentos, la manera como nos cuentan la historia se hace un poco lenta.
Sin embargo, después lo agradecemos porque en el desenlace entendemos que nada
faltó y que nada sobró. Es un fascinante thriller, lleno de oscuros secretos,
los cuales son desentrañados y hacen que el espectador se mantenga pegado a la
butaca. Hay mucho diálogo y aún así no aburre. Cada uno es un punto clave de lo
que se verá. Si tendría que dar una recomendación, sería que no se dejaran
engañar cuando supongan que el filme terminó, pues hay varios falsos finales,
hasta que definitivamente llega al que completamente satisfechos. Ojo, con esto
no quiero decir que tiene una conclusión feliz. Sólo que, a mi juicio, cierra
adecuadamente y con sentido, mucho sentido.
El montaje no es nada del otro mundo: no hay demasiada
tecnología, ni efectos especiales, ni mucho menos imágenes computarizadas (no
todas las películas lo necesitan). Para ser su ópera prima, Affleck hace un
trabajo bastante decente. La fotografía es muy buena y las locaciones nos sitúan
en el corazón de la historia. La cámara registra perfectamente los ambientes
sombríos de Boston, los callejones y la gente de clase media-baja. Con un
arranque estupendo, un desarrollo bastante explícito y un clímax que nos
sorprende; Gone Baby Gone es digna de ver así hayan pasado cinco años.
Valoración: 3.5 de 5
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