Ahora Pixar nos invita a la reflexión


Nada mejor que ir al cine con mi hija. Las dos sentadas ahí, en medio de 50 niñitos que se ríen, hablan, comen cotufas, gritan o lloran. Eso es parte de la diversión, supongo, aunque con lo último no termino de acostumbrarme. Decidimos ver Brave y a pesar de las críticas previas me mantuve imparcial y con ganas. Mucho había investigado yo acerca de los inicios en la realización de esta película de Pixar Animation Studios; que si cambió de directora a última hora, que si tenía un tono más maduro y oscuro. Lo que me encontré en la sala fue algo tremendamente maravilloso, una cinta deliciosa, con un diseño de personajes perfectos y una animación que rebosa las expectativas de cualquiera.



Para empezar nos muestran escenarios espectaculares, los cuales dibujan la Escocia de la Edad Media. Y lo más interesante del caso es que no hay que ser un historiador para entender lo que plantea la historia con respecto a los reinos y las leyendas de ese lugar. Todo el relato llega de manera que tanto niños como adultos nos quedamos pasmados durante los 100 minutos de metraje. Debo decir que ese tiempo se pasa volando. El ritmo es estupendo y no decae. Contemplar la hermosura que hay en la pantalla es lo más llamativo de Valiente (nombre en Latinoamérica). Supuestamente, cuando crearon Enredados se esmeraron en darle vida y personalidad propia a la melena de Rapunzel, pero aquí los rizos rojos de Mérida no se quedan atrás. Creo que ahora ambas tendrán que disputarse el puesto de "el mejor cabello de Disney". También debo hablar de los animales tan reales que conforman el reparto, pues tienen el aspecto exacto. Los osos gozan de un alto grado de protagonismo, pero a muchos pequeños podrían causarles cierto temor.




Tampoco pueden evitarse las comparaciones. Es una entrega muy distinta a las otras de Pixar. Esta es la primera vez que "contratan" a una protagonista femenina y también el debut de los estudios en los cuentos de hadas. La chica tiene otras características: es decidida, independiente y no quiere novio. Es decir, en Brave no hay príncipe ni malvados de cartón. Hay verdades y elementos que conforman una historia que no te deja indiferente. Es profunda y orientada más a niñas que a niños. Casi lloro al ver la relación entre Mérida y su madre. ¿Son tontas las películas con mensaje? No y lo defiendo. En esta oportunidad comprendí que todas, alguna vez, hemos tenido una lucha con nuestras mamás, pero no podemos cambiarlas. Y al ser nosotras las que miramos del otro lado, sabemos que a los hijos solo podemos guiarlos, no controlarlos. Ellos recorrerán su camino. Lo único que nos queda es mostrarles el mejor...



Valoración: 4 de 5

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