Todo depende del ánimo

El deseo de ver una película tiene mucho que ver con el estado de ánimo, al menos a mí me ocurre. Cada vez que me dispongo a disfrutar del cine primero me analizo y trato de reconocer en mi interior cómo me siento en ese momento. En algunas ocasiones - la mayoría, lo reconozco- estoy con unas ganas de enorme de presenciar una trama romántica. En otras circunstancias no tengo ningún problema en ver alguna de acción o de misterio. Pero la última no la supe escoger, y no por el hecho de que sea mala, sino porque no combinó con el estrés que traía de un intenso día de trabajo y un cansancio que no sale de mi cuerpo desde hace una semana. Estoy hablando de 127 horas, cuyo inicio aparenta ser muy ligero, pero que a mitad de camino te sumerge en una dolorosa angustia difícil de sobrellevar.
El director es Danny Boyle, el mismo de la tan aclamada y multipremiada Slumdog Millionaire. En esta oportunidad cambia un poco su foco y recrea una historia basada en la vida real: Aron Ralston (un increíble James Franco) es un alpinista estadounidense que en 2003 tuvo un trágico accidente mientras hacía senderismo en Blue John Canyon (Utah). Tras el desprendimiento de una roca, cayó en una grieta y la dichosa roca quedó trabada aplastando su antebrazo derecho y atrapándolo contra la pared del cañón. A partir de ahí, el espectador debe esperar una hora y 10 minutos para saber cómo saldrá el joven de tan desesperante situación.
Lo bueno es que Boyle no pierde tiempo en preámbulos y va directo a lo que interesa. Antes introduce uno o dos personajes para que Aron los recuerde durante su prisión natural. Se nota dinamismo. Los movimientos de cámara son inusuales pero importantes. Además, los elementos utilizados para evitar la monotonía son excelentes y entretienen. En pocas palabras, es visualmente ágil. Lo más extraordinario es una escena que impacta e incomoda al mejor estilo de Saw. Tal vez sepan de qué se trata pero no diré una sola palabra y seré solidaria con aquellos que no saben absolutamente nada de 127 horas. ¡La recomiendo!

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