Placeres culposos

Hace algunos días, un compañero del Twitter habló de los placeres culposos dentro de los gustos cinematográficos. Aquellas películas que sabemos que no son brillantes pero nos gustan sin remedio. Me preguntó cual era la mía, le respondí y se generó una conversación con otros usuarios fanáticos del séptimo arte. Así duramos tres horas, aproximadamente. Resulta que recordé a Marlye y yo (2009), una "supuesta" comedia dirigida por David Frankel y protagonizada por Jennifer Aniston y Owen Wilson. Muchos comenzaron a "acribillarme", pues diferían del hecho de que en realidad se tratara de una comedia. En cierta forma es cierto, y creo que el problema parte de su tráiler y/o póster, a través de los cuales nos venden una trama basada en la vida de una pareja joven que, al casarse, compran un adorable cachorrito MUY travieso...
Hasta ahí todo está bien, lo que sucede es que el animalito crece inmediatamente y ya no se trata de una cinta acerca de un cachorrito, sino de un perro adulto. La parte cómica tampoco dura lo suficiente como para que la gente se desgaste a carcajadas. Poco a poco vamos experimentando un cambio en el género, hasta que llegamos a presenciar el más conmovedor drama. Y es precisamente ese drama lo que emociona y permite que salgan a flote los sentimientos guardados en algún rincón del corazón. ¿Quién alguna vez no ha tenido una mascota tan especial que la siente parte de la familia? Aún si no te gustan los animales, créeme, podrías llorar. Por lo tanto, el que diga que no es una buena comedia tiene la razón, sencillamente porque no lo es.  
Ideal para verla en familia. Sin embargo -A CONTINUACIÓN REVELARÉ ALGUNOS DETALLES CLAVES DE LA HISTORIA, ASÍ QUE ESTÁS A TIEMPO DE DEJAR DE LEER O ARRIESGARTE A SABER- deberían abstenerse las personas que acaban de vivir una dolorosa experiencia con un perrito muy querido. También deben evitar que los niños, cuyas mascotas han muerto recientemente, la vean. Es probable que se depriman. Con respecto a las actuaciones, tengo que felicitar a Wilson por alejarse de sus acostumbrados papeles de tonto y presentar una interpretación creíble. Aniston no está mal pero se nota igual que en otras cintas. En conclusión, Marley y yo es uno de mis placeres culposos. Y el tuyo, ¿Cuál es?

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