TERROR EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN


Esa extraña sensación que te invade cada vez que miras una película de terror. Esas ganas de que alguien encienda la luz para poder atravesar la sala de tu casa sin que aparezca algún fantasma. Y esa necesidad de esconderte del mal y quedar totalmente a salvo debajo de la cobija. Todo eso y más se apodera de tu mente, alma y cuerpo cuando ves El Conjuro 2. Eso sí, no se vale hacer trampa. Hay que apreciarla en plena noche, cuando ya todos los demás duermen y en la sala del cine solo quedan unos pocos con más miedo que tú.  Esta secuela dirigida de nuevo por James Wan no defrauda en lo absoluto. Hace todo lo que querrías que hiciese una segunda entrega. Sin embargo debes entender que esto es divertimento puro en su máximo expresión; así que, si tu mente no es capaz de soportar la dosis de fantasía que posee, entonces es mejor que pases de largo. Neil Genzlinger, de The New York Times, dijo: "Es un entretenimiento, no un documental".


Aún así considero que uno de los mejores elementos de The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist (título original) es el guion de los hermanos Hayes. Ellos logran sumergirte en la historia real de una manera tan eficaz, que al terminar la película sales corriendo a investigar en Internet acerca de los personajes verdaderos que experimentaron los sucesos más diabólicos jamás contados. Aquí se presenta otra vez un caso de los renombrados demonólogos Ed y Lorraine Warren. Para resolverlo viajan al norte de Londres con el fin ayudar a una madre soltera que vive con sus cuatro hijos en una casa plagada de espíritus malignos. Son en total 133 minutos en los que Wan no se regodea nunca, al contrario, logra mantener al espectador en vilo con el poder de la narración y uno que otro guiño a cintas como El Resplandor o El Exorcista (esta última la sentí presente en el último e insuperable tramo). La cinta comienza poniéndote los nervios de punta, luego hace que entres en calor con uno que otro salto, para al final lanzarte hacia arriba de forma drástica y sin piedad. Y te deja con esas ganas de decir: “Te la recomiendo”.  


Y es que este director conoce su oficio. No estoy segura de decir que la segunda parte supera a la primera, pero puedo dar fe de que algo impactante me envolvió en todo momento. La composición y la atmósfera llena de tensión hacen que la casa donde se desarrolla la trama cobre vida. Además, ahora hay niños involucrados y unos personajes sobrenaturales que paran el pelo. Vera Farmiga y Patrick Wilson vuelven a dar la talla, junto con la necesaria y plausible  actuación de Frances O'Connor. No me queda más que agradecer que aún sigan haciendo esto: regalándonos películas inteligentes desde una evidente maestría neoclásica. PD: –SPOILER- Durante los créditos finales aparecen las conversaciones originales de los esposos Warren con el demonio, unas grabaciones que jamás habrás querido oír… Hasta la próxima.


5 de 5

Tráiler:

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