Sangre en cámara lenta y Artemisa...


Parece que pasó mucho tiempo, y en realidad sí... Fueron siete años los que tuvieron que esperar los fanáticos de la exitosa 300 de Zack Snyder (2007), para ver una secuela. Esa llegó este año con mucha fuerza; tanta que nos hizo recordar que la primera entrega fue más allá de la taquilla, que arrasó en el género y que alimentó el narcisismo de algunos hombres obsesionados con lucir los abdominales del inolvidable Leónidas (Gerard Butler). A este último, por cierto, lo extrañé demasiado. Pero 300, además, consolidó una estética basada en la ultraviolencia de teatro y en cámara lenta, combinada con una escenografía generada por ordenador e intencionalmente irreal. Todo eso se repite en esta segunda parte, denominada 300: Rise of an Empire. 


Se nota un gran avance tecnológico. Sin embargo muchos seguidores afirman que se quedan con "la uno". Sentimos que solo cambió el escenario (de las Termópilas, al mar Egeo), el director (Noam Murro) y los protagonistas. Y hablando de los protagonistas, tenemos a Sullivan Stapleton, quien no está mal. Interpreta al general griego Temistocles, cuya lucha es conseguir la unidad de las polis griegas. Él dirige las tropas que se enfrentan con el ejército persa, liderado por Xerxes y Artemisa, para impedir la invasión del país. Y aquí me voy a detener para hablar precisamente de ella, de Artemisa. Este personaje lo desarrolla una despampanante Eva Green. Yo soy mujer, pero no pude evitar darme cuenta de que esta actriz es lo mejor del filme, capaz de cautivar y de aguantar la mayor parte del metraje ella solita. Cada vez que aparece la película gana en intensidad, llegando a su punto cumbre en una escena de sexo sencillamente impresionante, una de las más violentas y al mismo tiempo eróticas que se ha visto en una producción de Hollywood en mucho tiempo.


Por lo demás, me atrevo a considerar que al argumento le falta algo; ni aporta ni resta, diría yo. Pero hay mucho que rescatar, sobre todo porque recupera la franquicia con sangre y más sangre, y rescata a sus seguidores con los efectos más memorables del cine. Ejemplo: Un enorme caballo saltando de barco en barco, montado por Temistocles. La recomiendo en 3D. 



Valoración: 3.5 de 5


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