El nuevo y extraño Oso Yogi

Muchos cineastas han optado por hacer sus películas utilizando el recurso de combinar actores reales con caricaturas. Recordemos el caso de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988) o Space Jam (1996), protagonizada por  el jugador de baloncesto Michael Jordan y los dibujos animados de Warner Bros. Ambas cautivaron al público y, hasta la fecha, son bien recibidas cada vez que las transmiten en los canales de la televisión. No sé si Eric Brevig, con El Oso Yogi, correrá con la misma suerte. Antes de su estreno pensaba que sería una cinta para recordar. Sin embargo, el único efecto positivo que produce es rememorar aquel animal peludo y hambriento que nos acompañó durante la infancia. Esta vez no me convenció del todo la conjugación entre animación y humanos, pues en algunos momentos me daba la impresión de que los osos (Yogi y su amigo Boo Boo) eran personas disfrazadas. Además, sus tamaños no concordaban con el del guardabosque Smith y el resto de los personajes de carne y hueso. A mi juicio, hubiese sido más efectiva toda animada.
No voy a negar que los niños disfrutaron al máximo y casi se quedan sin carcajadas, aunque para el mundo de los adultos no parece tan graciosa. Los gags -rebuscados, de paso- los agotan casi todos en el trailer. Al guión también le faltó algo de imaginación. Por tratar de ser sencillos para el entendimiento de los más pequeños, cayeron en diálogos tontos. Eso lo notarán los amantes de la calidad, de lo innovador y del buen argumento. Pero bueno, no seré tan dura. Al fin y al cabo estamos hablando de El Oso Yogi. Mejor resalto la bonita fotografía y lo bien que se ven las escenas en el parque de Jellystone. Me llamó la atención una parte en la que el elenco principal, incluida una tortuga "cara de rana", navegó en balsa por los rápidos de un río y luego enfrentó una empinada cascada. Hicieron mucho énfasis en la belleza de los escenarios naturales, algo que le da un particular encanto a la historia.
La película es infantil y estuvo pensada para los espectadores en plena niñez, a pesar de que la mayoría no tiene la menor idea de que quién es Yogi. Desde hace cierto tiempo no veo la comiquita en la pantalla chica, y eso se convierte en la excusa perfecta de los adultos a la hora de comprar las entradas: 'soy padre y llevaré a mi hijo'. Limitada y todo, con doblaje al español neutro, al menos no toca el fondo de lo desastroso y resulta prácticamente inofensiva para su target. Promueve un mensaje ecologista positivo y necesario en estos tiempos. El trabajo de los actores (Tom Cavanagh, Anna Faris, T.J. Miller, Nathan Corddry y Andrew Daly) no vale la pena mencionarlo. En realidad se trata de un reparto bastante flojo, que no aporta mayor cosa. ¿Aún es tu deseo verla? Entonces hazlo con tu prole... Tal vez te guste. ¡Hasta pronto!




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