¿Hasta dónde es capaz de llegar el ser humano por cumplir sus
sueños? Puede que la mayoría tenga la capacidad y la fuerza de luchar, de lograr
cada meta pero… ¿Y si esa meta es imposible? En The Walk lo vemos. Vemos a un
hombre desafiando toda gravedad y queriendo atravesar las torres gemelas sobre
un cable. Basada en las memorias escritas por Philippe Petit, el director Robert
Zemeckis nos presenta un filme espectacular y adrenalínico. Esta vez El autor
de Forrest Gump demuestra de nuevo no solo su habilidad mágica para mezclar
personajes y tecnología, sino una gran mano para entregarle al público algo
asombroso, donde predomina también una historia humana de tesón y coraje.
Además -al menos yo- no recuerdo otra película que nos haya
puesto al borde de la azotea de esos edificios con una eficacia incomparable y
un vértigo que se te cuela en las venas. Por otro lado, esta cinta es un
verdadero poema, porque todas las frases que arman los diálogos presumen una
elegancia indescriptible. Y si a eso se suma la actuación de Joseph Gordon-Levitt
(protagonista) entonces estamos ante una apuesta que todos deberían ver porque
sí. Este funambulista francés que, en 1974, guiado por su mentor Papa Rudy (Ben
Kingsley), se propuso un reto nunca antes realizado, deja tremenda enseñanza.
Hay algo que destacar, cinematográficamente hablando, y es
esa secuencia que comienza cuando Philippe por fin logra poner un pie sobre el cable y emprende
ese viaje hacia la otra torre; un viaje que para él se convierte en el placer
más grande que una persona pueda experimentar. La secuencia dura 17 minutos y,
según Entertainment Weekly, "es la simulación más majestuosa de un
acontecimiento real desde el hundimiento del barco en Titanic". Hay
críticos que aseguran que el filme de Zemeckis es inferior al documental realizado
por James Marsh en 2008, pero yo nunca lo vi. Así que recomiendo esta entrega
con los ojos cerrados. Yo la disfruté tanto… Me sentía ahí también, en ese
cable, encima de mis sueños…
Valoración: 4 de 5
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