Cuando vemos comedias románticas, lo hacemos a sabiendas de que todo terminará bien. Son historias predecibles la mayor parte del tiempo; nos relajan, nos hacen reír y nos brindan cierta esperanza. Qué distinto es presenciar un drama crudo, serio, visceral y humano como el que nos pinta el debutante Derek Cianfrance en Blue Valentine. En el póster se plasma una imagen de lo más amorosa, pero no, el desarrollo demuestra que la historia es muy dolorosa. A Venezuela llegó con el nombre de Corazones rotos y por primera vez agradezco el atino, pues el título en español describe la película en gran manera.
Vamos a sincerarnos, ¿Qué porcentaje de la población mundial ha tenido que recoger los pedazos de un matrimonio? ¿Cuántos están casados y sienten que el tedio es más pesado que las mismas responsabilidades? Algo así le ocurre a Dean y a Cindy en esta producción, cuyo tema central no es nuevo y sin embargo se presenta de forma magistral, pura y original. Nos identificamos conforme van pasando los minutos, tanto así que a la mitad del metraje las emociones son tan intensas que no queremos que termine. Ryan Gosling y Michelle Williams son los protagonistas y brindan performances impecables. Muchos compararon este filme con Revolutionary Road, pero créanme, no es lo mismo. Los jóvenes actores de los que hablo ahora están mejores que Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
Este par tiene una química increíble en la pantalla grande |
Por su tremenda actuación, Michelle Williams estuvo nominada a Mejor Actriz Principal en los Oscar 2011 |
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