Es una experiencia realmente encantadora sentarse frente a la pantalla del cine y ver Enredados. La nueva entrega de Disney (la número 50 de los clásicos) es una película entretenida, que cumple todas las funciones y se adapta con facilidad al entendimiento de los más pequeños. Tiene un guión ligero y un hilo narrativo que no aburre. Está basada en la vieja historia de Rapunzel, una princesita a quien tienen encerrada en una torre, pues posee la fuente de la juventud y salud eterna. La bruja Gothel la arrebató del lado de sus padres cuando era bebé, y durante años le ha hecho creer que es su mamá. Todo se complica cuando el bandido Flynn Ryder, el más buscado del reino, entra por equivocación al cuarto de la chica de 18 años, quien lo toma por rehén y lo obliga a sacarla del cautiverio en el que vive.
A partir de ahí, la trama sumerge al espectador en una verdadera aventura musical. Se acerca mucho a los cuentos de princesas de épocas anteriores como: La Sirenita o La Bella y la Bestia; de hecho está última llega a la memoria al observar una de las escenas finales, en la que el príncipe se debate entre la vida y la muerte y Rapunzel llora en su regazo. El romance también tiene su dosis exacta. La química entre los protagonistas es innegable. Ella con mentalidad un poco infantil, arriesgada y divertida y él un Don Juan, cautivador y extremadamente protector. Hacen la pareja perfecta. Claro, en ningún momento caen en lo cursi. Repito, todo está equilibrado... como debe ser. Hasta los personajes secundarios (un camaleón y un caballo) tienen una participación necesaria.
Enredados posee un elemento que se ganó toda mi atención. Se trata de la voz de Chayanne, la cual da vida al "héroe" de la historia. No sé si yo estaba muy pendiente del doblaje o es que efectivamente se nota demasiado el sello del cantante puertorriqueño. Cada vez que Flynn Ryder habla, ríe, grita o canta es como ver en persona al intérprete de Provócame; hasta se parecen físicamente. La voz de la mexicana Danna Paola en el dibujo animado de Rapunzel no es tan obvia. Lo otro destacable es la parte técnica y el diseño artístico. Excelentes, sin dejar de nombrar la banda sonora de Alan Menken, el mismo que realizó la de La Sirenita, Aladdín, Pocahontas, El Jorobado de Notre Dame, Hércules, entre otras. Él siempre aporta sensibilidad, ternura y emoción. Sólo tengo un pero: no es posible que hayan convenido mostrar la puñalada que la bruja le propina al príncipe. Muy mal, considerando que el público principal está conformado por los tan perceptivos y cuestionadores niños. Me despido.
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